viernes, 29 de marzo de 2013

CAPITULO 8


              Al siguiente día me desperté feliz de no tener nada para hacer y cuando mi cerebro terminó de despertarse recordé que debía ir a la casa de Sabrina para cumplir con mi palabra, mejor dicho para que ella cumpliera con su palabra de no contar nada de lo que había visto.  
               Mi mamá me pregunto por qué me estaba arreglando, le respondí que almorzaría con Sabrina en su casa y no se opuso. Cuando estuve lista tome el ascensor para ir a su casa, mis nervios y mi ansiedad parecían una bomba a punto de estallar que se detonaría cuando la viera. Toque el timbre y espere tratando de disimular mi estado mental ya que en cualquier momento abriría la puerta. Toque el timbre una segunda vez, siempre abre tan rápido la puerta ¿Esta vez tarda más al propósito? No contesto nadie a pesar de haber esperado una eternidad, no supe que hacer quizás se enojaría conmigo  si llegase a pensar que no fui, volví a mi casa y se me ocurrió llamarte a su teléfono móvil, no contestó. Di por olvidado el asunto ya que había hecho lo posible por cumplir con lo pactado, más tarde ese día baje a comprar unas cosas al kiosco sin esperar en absoluto lo que estaba a punto de ver y de sentir.
                Mi cabeza miraba hacía el suelo mientras caminaba y la levante cuando escuche la voz de Sabrina reír, estaba con un chico y estaban de la mano regalándose besos entre ellos mientras caminaban de frente hacía mi.

Sabrina- Hola Pauli, ¿Cómo estás?-
Yo- Hola – solo atiné a responder una palabra.
Sabrina- Te presento a Joan, Joan ella es Paula, mi vecinita- Lo salude con un beso en el cachete, aunque no quise hacerlo mi cordialidad me obligó a hacerlo.
Sabrina- Bueno Pau nos vamos para casa si queres pasar más tarde anda- De nuevo no respondí más nada, fui al kiosco y volví a mi casa.   “Que bien ahora que está con alguien quizás no me moleste más, estoy casi segura que no me va a molestar” pensaba una y otra vez pero quizás si quería que me molestara, “¿Por qué no la odio?” Me odiaba a mí misma, sentía asco de mi misma porque no podía odiarla a ella. Quizás si la odiaba pero también había más que odio. Empecé a pasar en mi mente una y otra vez el momento en que se besaba con ese chico, imaginaba como ahora estarían en la casa de ella seguramente teniendo relaciones, mi imaginación veía ambos cuerpos desnudos, ese cuerpo que yo tuve la oportunidad de sentir muy cerca. ¿Celos? Siempre me pregunté cómo se sentían los celos y me di cuenta sentirlos vivirlos en carne propia era desagradable es como cuando estas enojada con una persona y no podes parar de pensar el 90% del tiempo en lo idiota que es, los celos son igual solo que no podes parar de pensar que odias a esa persona a esa tercer persona que entro a escena.
                 Por suerte me aleje de mi casa toda la semana mientras estuve en el colegio, tenía muchas cosas que leer y estudiar y casi había logrado no pensar en ella tantas veces al día, o tantas veces por hora. De repente y no sé cómo llegue a la casa de Sabrina la recorrí buscándola y cuando llegue a su habitación la vi con sus  rodillas y sus manos sobre la cama y Joan estaba con ella estaban teniendo relaciones y pude escuchar sus suspiros de placer y como se movían frenéticamente, no podía creer lo que veía y no podía creer que me gustara, me excitaba. Me desperté y estaba en mi habitación del colegio, me quedé dormida y olvide ir a mi clase de hockey, que bueno que ya era hora de irme  a mi casa, quería estar sola y dormir y volver a soñar lo mismo. En el camino a casa no pude parar de imaginarla desnuda, a él no lo vi en mis sueños, solo vi que estaba detrás de ella y no pensaba en el, solo pensaba en ella, desnuda.
                 Llegue a mi casa y claro ella estaba ahí cuidando a mi hermanito, hice como si nada me pasara pero no pude evitar mirarla con ojos, recorrer cada detalle de su cuerpo para después poder imaginarlo.
 Sabrina- ¿Qué te pasa?-
 Yo- ¿Por qué? Nada.-
 Sabrina- Desde hoy que estas re colgada.-
 Yo- Ah, perdón- 
Sabrina- Bueno perdóname vos a mí que al final no estuve en casa, igual quédate tranquila que no voy a decir nada, siempre que vos no me des motivos.-
Yo- ¿Qué motivos?-
Sabrina- Y un buen motivo sería verte de nuevo por ahí muy cerca de un chico.- Yo- ¿Qué tiene de malo? Vos también estabas con un chico.- 
Sabrina- No es un chico, es un hombre, es mi novio. Además no te conviene estar con ningún chico tonto que no sepa cómo darte lo mejor.-
Yo- ¿¡De qué hablas?! -
Sabrina- No importa ya lo vas a entender, además mirate sos una chica linda cualquier tonto querría engañarte para poder tener relaciones con vos y después olvidarte.-
Yo- Yo no iba a tener relaciones con ese.-
Sabrina- Pero eso era lo que él quería, se le notaba.- Cuando termino de decir esto se sentó a mi lado y se acerco a mi me tomo el rostro con sus manos y note que su intención era besarme. La frené y le dije que no me besara, no le importo y tomo mis muñecas que estaban interponiéndose entre ella y yo, beso mi cuello recorriéndolo hasta llegar a mi boca.
Yo- ¿Estás loca? Tenes novio.-
Sabrina- Pero a él no le importa si te beso, además a él le pareces muy atractiva.-

    Ahora sí que no entendía nada, una chica que tenía novio me estaba besando y encima mi deseo me impedía seguir negándome, de verdad tener ese cuerpo y provocar a alguien para poder estar con ese individuo sin que esa persona quisiese, es decir yo en este caso, me parecía una sucia extorsión  Ella estaba por besarme nuevamente y cerré mis ojos esperando a que su boca llegase.

Sabrina- Me gusta verte así esperando a que te bese, quizás si siempre te dejaras hasta podríamos llevarnos bien.- No respondí nada porque no entendía por qué no me había besado. 
Sabrina- Qué te parece si cambiamos un poco los roles y ahora vos empezas sacándote vos misma la ropa.- Dijo mientras su mano acariciaba mi rosto y se dirigía a mis pechos desabrochando mi camisa muy despacio.
Sabrina- Vamos no me obligues a que lo haga yo nuevamente.-  No pude hacerlo por varios motivos entonces ella que estaba sentada a mi lado se paro y quiso quitarme la camisa, la hubiera dejado, de hecho hasta sentía ganas de que pasara, pero sabía que ella tenía novio y no podía dejar que me usara como su juguete. Hubo un forcejeo ya que yo quise quitar sus manos y pararme pero ella me lo impidió.
Sabrina – Bueno parece que no querías que cambiemos los roles, y si no te la sacas por las buenas me voy a encargar yo.- Tomo mi brazo derecho muy fuerte, tanto que me dolía y me pidió que me acostase en el sillón. Lo hice porque no quise hacerla enojar y ella tomo mi otro brazo. 
Sabrina- Si te dejaras sería mucho más fácil y lo disfrutarías mucho, no te niegues, dejate.-


Continuará…

1 comentario: