Después de aquella situación me cerré aun más, no podía
confiar en ella, aunque ella fuese mi modelo a seguir.
Pasaron un meses como siempre, algún fin de semana ella
estaba en mi casa, otros no, cuando ya faltaban algunas semanas para volver a
casa, es decir para que acabaran las clases, yo realmente estaba preocupada
porque me imaginaba tener que convivir con ella todos los días. Sin embargo
pasaron tres fines de semana que ella no vino, al cuarto por simple curiosidad
le pregunte Carolina por ella, me contó que estaba de viaje. No le di mucha
importancia, en parte era un alivio poder andar por mi propio hogar sin tener
que preocuparme de si lo que hacía estaba mal o si estaba mal vestida, o lo que
sea. En enero me fui a Barcelona a visitar a mi papa y a su novia, fueron unas semanas geniales, sorpresivamente mi
papa y su novia me trataron como unos padres reales, de hecho Estefanía, así se
llama ella, intento convencer a mi papá de que me sacaran del internado lo cual
no dio resultado. De todos modos, llego febrero y yo tuve que regresar a Buenos
Aires, el colegio comenzaba la última semana de febrero.
La primer semana de clases fue terrible, acostumbrarme nuevamente
a estar encerraba bajo las reglas del colegio era realmente una pesadilla, las
clases comenzaban a las 8 de la mañana y la última terminaba a las 5 de la
tarde, si es que el entrenamiento de hockey sobre césped no se extendía hasta
las 6. Ese viernes Carolina me fue a buscar al colegio con mi hermanito, toda
la vuelta a casa fue una discusión sin parar
¿Por qué? Por la ridícula razón de que no quería ir a una cena familiar, es
algo que muchos adolescentes también rechazarían sin embargo para Carolina, mi madre, era todo
un drama y para ella yo era una adolescente rebelde. Era tan rebelde que ese
viernes estando sola en vez de salir o hacer algo divertido me quede en mi casa
leyendo un libro para la clase de literatura.
Estaba en mi cama tranquila leyendo hasta que escuche el
timbre del departamento sonar, lo extraño era que primero no hubiese sonado el
portero desde abajo, debi de esperarlo, era Sabrina. No abrí la puerta, si mi
madre se enteraba diría que no había escuchado el timbre sonar. Segundos más
tardes escuche unas llaves en la puerta ¡Tenía las llaves de mi casa!
Sabrina- ¿Paula? ¿Dónde estás?-
Simular que estaba dormida no serviría, aunque lo pensé,
igual no respondí para demostrar mi disgusto de que ella estuviese en mi casa.
Sabrina- Acá estas, ¿te cuesta mucho responder?- No dije nada, seguí leyendo hasta que note
que estaba parada al lado de mi cama.
Sabrina- ¿Me estás ignorando? ¿Después de todo lo que hice y
hago por vos?-
Yo – Estoy leyendo ¿no ves?- cuando termine de pronunciar
estas palabras ella me saco el libro de las manos y cuando se lo quise alcanzar
ella me tomo la muñeca. Hubiese querido gritarle algo pero mi sentido de
respeto por las personas me lo impidió.
Yo- Perdón-
S- Acepto tus disculpas, ahora párate.- No es que quisiera hacerlo, estaba muy
contrariada, sentía la necesidad de demostrar que no tenía ganas de estar cerca
de ella y a la vez tenía otra necesidad, la de demostrar que yo era genial y
adulta como ella lo era. En fin me pare y la mire un segundoy después mire a
otro lado esquivando su mirada fija en mi.
S – Bueno asi me gusta, q te comportes como una persona madura, ahora vas a hacer unas
cosas que yo te pida y capaz si lo haces bien tu mamá no se entere de esta
situación.-
Yo- ¿Qué? ¿Qué queres que haga?-
S – Te vas a quedar quieta-
Cuando dijo esto comenzó a acercarse a mi, su rostro estaba
muy cerca al mio y podía sentir su perfume por un momento creí que me iba a
besar pero no lo hizo, en cambio comenzó a tocar mi pelo, lo acomodó detrás de
mi oreja y lo acaricio hasta las puntas, después de las puntas de mi cabello
estaban mis pechos y ella los acarició. Hice un pequeño movimiento para
correrme, aunque se sentía muy bien que me acariciara porque sus caricias eran
lentas y suaves el momento me dio un poco de pánico.
Yo- Sabri, perdóname en serio es que estaba de mal humor –
Dije mientras me corría de enfrente de ella queriendo evitar la situación que
se venía.
S – Te dije que te quedes quieta ¿O no?-
Me quede en silencio y sentí sus manos en el contorno de mi
cintura, sentí como algunos de sus dedos se metieron por debajo del elástico de
mi pijama y los saco enseguida, ahora con sus dos manos me subía la camiseta
lentamente. Sus ojos, aunque mi mirada estaba fijada en sus manos y en lo que
ellas hacían en mi cuerpo, sus ojos los sentía posando sobre mi. De un segundo
a otro mi corpiño estaba desabrochado y ella se agacho un poco los desnudo, los
acarició suavemente, por mis adentros pensaba que se iba a dar cuenta que mis
pechos no eran grandes y que mis pezones eran pequeño y nos como los de una
mujer, sentí mucha vergüenza mezclada con un sentimiento de impotencia, una
impotencia que podía sentir subiendo por mi cuerpo.
S- Me encantas Paulita, ahora voy a probarte-
Yo - No- Fue toda la palabra que pude emitir, un tímido “no”.
Ella lamio mis pechos y los acariciaba a su vez, la manera
en que lo hacía me parecía muy sensual ella era muy bonita y tenía un rostro y
perfecto. Después de chuparlos un momento, que a mi me pareció una eternidad empezó
a besarme el pecho hasta llegar a mi cuello y en el oído me dijo
S – Te estás portando muy bien Pauli, tenes que seguir así.
Creí que iba seguir lamiendo mis pechos cuando bajo
nuevamente por mi cuello y mi pecho dándome besos, pero siguió hasta llegar a
mi abdomen, me dio besos alrededor de mi cintura, incluso bajando un poco el
short del pijama. Sentí como sus manos jalaron mi short para dejarme casi
desnuda. Instintivamente puse mis manos sobre mi vagina para taparme, aunque
tenía ropa interior me hizo sentir desnuda. Ella tomó mis manos y las quitó de ahí,
no las soltó, en cambio mientras ella me agarraba su boca estaba ocupada
lamiendo la parte baja de mi abdomen, me suelta una de mis manos. Y rápidamente
una de las suyas se dirigió a mi parte más intima, con el reverso de su dedo índice
comenzó a acariciarme por encima de mi ropa interior.
De repente intentó desnudarme totalmente jalando mi
bombacha, no se lo permití con mi mano libre intenté sostenerla en su lugar, no
tuve éxito ya que ella la jaló hacia debajo de todos modos.
Yo- Sabrina no –
S- Ya falta poco, haceme caso que te va a gustar-
Subió para darme un beso en la boca, una de sus manos se
posó en mi nuca y la otra en cambio pude sentir como invadía mi sexo. Abrió los
labios de mi vagina y me acarició, con su cuerpo me empujo a mi cama, yo quise
quedarme sentada, pero no lo importo y empujo mi cuerpo para que me recostara
en la cama.
S- Ahora bebé si te portas bien y te relajas te va a gustar
y si no te va a doler, vos elegís.-
Entre en pánico yo era una niña que aún no había cumplido 16
y además que era muy inocente para mi edad, jamás había tenido nada dentro de
mi vagina hasta este momento. Con sus manos abrió mis piernas acariciando mis pechos con una mano y con la
otra, bueno con la otra mi sexo. Introdujo un dedo, una, dos y tres veces, la vergüenza
y humillación por un momento pasaron a segundo plano, ese moviente de vaivén comenzó
a sentirse agradable
S- ¿Te gusta no?- dijo sacándolo de mi vagina
Luego ella introdujo dos dedos en vez de uno, la molestia en
mi vagina se estaba tornando en dolor. Hice algunos ruidos de queja
S- No te quejes porque va a ser peor, no voy a parar hasta
que lo disfrutes.-
Cuando dijo esto ella saco sus manos de adentro de mi vagina
y lamió sus propios dedos, cuando volvieron a mi vagina esta vez eran tres
dedos. Le pedí que parara pero no me hizo caso en su cara podía ver q
disfrutaba a pesar de mi dolor. Pellizcaba mis pezones y no pude disfrutar,
sentía dolor incluso ganas de llorar hasta que volvió a introducir un solo
dedo. Mientras lo metía y lo sacaba de mi vagina yo sentía ardor, hasta que por
fin paro. Y quiso acercar su boca a mi vagina de nuevo, pero yo ya había tenido
suficiente, la empuje y me senté en la cama, sentí ganas de llorar, Sabrina me
abrazó.
S- Ya está bebé, ya pasó, no llores.-
Yo - ¿Por qué no paraste?.- fue todo lo que pude preguntar, en vez de preguntar por qué hizo eso en contra de mi voluntad, o por qué tuvo que hacerme doler.
Yo - ¿Por qué no paraste?.- fue todo lo que pude preguntar, en vez de preguntar por qué hizo eso en contra de mi voluntad, o por qué tuvo que hacerme doler.
S – Quizás me pedias que parara por miedo, y no quería que
siguieras siendo tan ingenua, ahora por fin ya sos una mujer, vamos a bañarte
ahora-
Yo quería decirle que se vaya, estaba en shock una mujer me
había desvirgado y aunque no quisiera aceptarlo me había gustado en parte, creo
que lo que más me dolía era la humillación de que alguien más me hubiese visto
desnuda ya que yo odiaba mi cuerpo para mí eso era lo peor del mundo.
Tomé mi ropa y salí corriendo de mi propia habitación.
Continuará...
WOW O.O , hola, he primero , soy angeles & tengo 14 años un gustaso ! Interesante historia :B , seguiré leyendo lo que publiques hasta el final; cuidate un beso :)
ResponderEliminarThanks Angie, seguiré publicando entonces ;)
EliminarSaludos, muy interesante:
ResponderEliminar"fue todo lo que pude preguntar, en vez de preguntar por qué hizo eso en contra de mi voluntad, o por qué tuvo que hacerme doler".
Gracias me alegra que te resulte interesante!
EliminarEstá muy interesante tu historia!!! Me llamo Estrella y tengo 17 años, soy de Chile.
ResponderEliminarEspero que este pronto la continuación..
Cuidate!
Me gustó mucho tu historia ... espero sigas escribiendo con tanto detalle como lo haces, es lo que hace a un relato algo en lo que te envuelves...
ResponderEliminarmuy buena la historia espero que pronto se ponga aún mucho mejor...cariños
ResponderEliminarQue terrible:c, por qué te dejaste?, nunca se lo contaste a tus viejos u a alguien más?. Cuídate, que estés bien.
ResponderEliminarCertero relato, está muy logrado que lo intuyo realista. Espero el desenlace.
ResponderEliminarBesos ;-)